La sostenibilidad factor clave en la recuperación post COVID-19
La pandemia de COVID-19 no solo ha golpeado severamente a los mercados y al actual sistema económico. También nos ha brindado dos lecciones que convendrá recordar en el futuro. La primera, la necesidad de estar preparados ante una hipotética nueva crisis. Por otro, la necesidad de incorporar elementos de economía circular e innovación verde en el diseño de las estrategias de recuperación económica. El objetivo de estas estrategias es claro: mejorar los resultados de reactivación empresarial y de empleo.
La sostenibilidad va a ser -y lo esta siendo ya- un factor clave en la recuperación económica mundial porque la crisis económica mundial ha dado lugar a un claro cambio en los modelos de gestión de las organizaciones. Frente a la incertidumbre las empresas mejor posicionadas para superarla e incrementar la resilencia han sido las que han apostado por la sostenibilidad y la digitalización. Ambos términos van de la mano, ante la notable fragilidad de los modelos económicos lineales. Nos referimos a modelos basados en la producción, consumo y desecho de productos a partir de la extracción y transformación de materias primas.
Aunque muchos países europeos, incluido España, se han ido sumando a la iniciativa de la transición energética, los resultados indican que aún será necesaria una transformación empresarial más profunda. No hay que olvidar que las políticas sostenibles pueden favorecer el acceso a nuevas oportunidades de desarrollo empresarial. Un ejemplo de ello es la introducción en el mercado de productos ecofriendly. Estos no solo suponen un ahorro en cuanto a consumo de materias primas, recursos y energía. También añaden una mejoría en la eficiencia, a raíz de la digitalización de los servicios y suponen un ahorro en cuanto a consumo de materias primas, recursos y energía.
La economía circular se erige como una solución eficiente en tanto tiende a romper el vínculo entre la extracción de recursos naturales y el crecimiento económico. Los modelos de economía circular pueden llegar a proporcionar según recientes estimaciones 4,5 billones de dólares hasta 2030, al evitar el desperdicio, incrementando la eficiencia en las empresas y creando nuevas oportunidades de empleo.
Si nos centramos en las pymes las previsiones es que deberán encaminarse hacia un nuevo modelo de negocio. Uno basado en la sostenibilidad y la digitalización para conseguir un doble objetivo: superar la crisis económica y las consecuencias del cambio climático.
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