Nuevos retos ante el modelo de trabajo híbrido
Una de las consecuencias derivadas de la crisis sanitaria ha sido la de acelerar transformaciones que ya estaban en marcha en el sector de los recursos humanos. Entre estas, se encuentra la de los nuevos modelos de trabajo. Unos modelos que se adapten a las nuevas necesidades y requerimientos de la sociedad actual. Pero no solo como resultado de una crisis puntual, como ha sucedido con la pandemia. Ahora, además, se trata de ser flexibles si las condiciones lo exigen.
Porque tras la crisis sanitaria han surgido nuevos condicionantes como, por ejemplo, la invasión en Ucrania o la crisis en el sector logístico mundial. Esa mayor flexibilidad laboral que se está exigiendo ya pasa, por ejemplo, por adaptarse a un modelo de trabajo híbrido. Al ofrecer a los empleados la flexibilidad de trabajar desde cualquier lugar, estos pueden trabajar tanto desde casa, como en la oficina o en cualquier otro lugar del mundo. Obviamente, la incorporación de tecnologías digitales y de la comunicación, las TICs, y su implementación ha ido facilitando a las organizaciones llevar a cabo esta transformación.
Es una realidad que se va imponiendo en las grandes empresas, mejor adaptadas a inversiones de capital a esas incorporaciones de TICs. Pero la tendencia es que a lo largo de los próximos años tanto las grandes como las pequeñas empresas realicen una parte importante de sus actividades empresariales sin la necesidad de instalaciones físicas. No hay que olvidar que la implementación de un modelo de trabajo híbrido en una organización exige una inversión en diversos recursos. En recursos económicos, por una parte, pero también en recursos humanos. En este sentido, se requerirá de profesionales especialistas en sistemas para mantener actualizados los equipos, bases de datos, dando mantenimiento a la red de información.
Un reciente estudio sobre el futuro del trabajo híbrido en España, basado en empresas españolas con más de 100 empleados, reveló que el 64% ya se han sumado a esta tendencia. El estudio expone que en 2023 el 85% de las empresas españolas tendrá modelos híbridos de trabajo. Las empresas que ya están apostando por el modelo de trabajo híbrido destacan entre sus ventajas: la mayor flexibilidad de agendas, facilitando a los empleados la conciliación de vida laboral y familiar. Una mayor motivación de los trabajadores con mayores tasas de productividad, dado que los esquemas de trabajo híbridos están diseñados a la medida de las necesidades de los trabajadores. Una tercera ventaja es la de la promoción de la innovación, ya que al implementar las TICs incorporan estas potentes herramientas y al mantener actualizados estos recursos estas empresas estarán más preparadas para afrontar los retos tecnológicos del futuro.
En definitiva, ante nuevos escenarios laborales mantener la competitividad o la supervivencia empresarial exige una serie de cambios de hábitos de trabajo y nuevas necesidades colaborativas. Necesidades que las compañías deben tener en cuenta en sus estrategias. Han de apostar por la innovación y la implementación de todas las herramientas tecnológicas necesarias para adaptarse a los nuevos requerimientos sociales actuales y futuros.
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