La nueva cadena de suministros tenderá a ser más corta y sostenible.
Con el auge del comercio electrónico y las ventas a domicilio, según las estadísticas salvando el parón por la pandemia, la distribución de última milla se ha convertido en uno de los procesos logísticos más sensibles en la cadena de suministros.
El término “última milla” hace referencia a la operación de entrega de mercancía desde el último punto de distribución, hasta el punto donde el destinatario final la recibe. Normalmente la tienda física o el domicilio del consumidor. Hay otro factor que está modificando las expectativas de los consumidores y, por tanto, la eficacia de la cadena de suministros. El llamado efecto Amazon. Los clientes ha elevado sus expectativas de compra. Se han acostumbrado a altos estándares de servicio, tanto a la oferta ofrecida por la multinacional como a la rapidez en la entrega, a las devoluciones gratuitas y los bajos costes.
Muchos minoristas se están viendo afectados por el efecto Amazon, con lo que el conceptos de última milla, de entrega indirecta al destinatario, plantea nuevos desafíos a resolver en los próximos años. Pero en ese reto no solo las organizaciones han de asumir nuevos retos. Los ciudadanos, como consumidores, también tenemos que asumir un importante papel en este proceso de cambio.
En un estudio realizado por la consultora Deloitte propuso cinco posibles acciones con capacidad individual para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Entre estas se encuentran desde garantizar la sostenibilidad de la cadena es la renovación y electrificación de los vehículos a apostar por la distribución nocturna en algunos sectores comerciales. Los expertos así mismo también vaticinan que el futuro de la logística pasa por reducir la cadena de suministros tendiendo a una producción más local y con menos intermediarios en las cadenas. Por una parte aumentar la producción local reduce estas dependencias de suministros en la cadena. Y, por otro, es lógico pensar que cuantos menos eslabones existan entre el fabricante y el consumidor final, que la cadena se rompa será más difícil.
En resumen se plantea en los próximos años grandes retos en el área de la logística mundial. Retos que exigirán sin duda un enfoque integral de la cadena de suministro. Desde el diseño del producto (replanteándose el propio diseño del embalaje y/o el etiquetado, teniendo en cuenta las operaciones logísticas) hasta la entrega al cliente final.
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